Lujuria
el malverso adagio de sus lágrimas apagadas
pompas funebres laceradas en el hundimiento del olvido...
Cuando trastoca el alma hasta enraizar su materia
calcigenico exo-esqueleto que drena de su etérea sangre
Cuando besa con el pubis descalzo se sulfata la misma niebla
Su mirada descuartiza, como regalos sedimentados
Cajas ocultas de máscaras ,triunbirato de largartijas y prostitutas
Una cólera de fluidos trastocados en la sed del instinto
nada se aprovecha ni en lo artificial, ni en el basto abismo
bastaría un silencio sin pedregal, y la nada del universo
sin estrellas nauseabundas y solo espejismos de agujeros negros
Sombra de mi catafalco ven a buscarme antes que me jacte
De este olvido hermoso y maldito, la yaga de tu beso insurrecto
Todo en ti y un recuerdo, un espectro que te escribe
con tinta taciturna e invisible, blasfemia, deseo impuro y egoísta
vierte sobre la tierra, un astrolabio lejos del Hades
Entre el árbol del averno, y tu diáfana alma de Pandora.
Autor
Rodrigo Valdés Aguirre
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