Descuido que se desenvaina un húmedo y agridulce esplendor de sus flores
El fatuo abismo desentraña colores, llenando el abismo de locura y otros sabores
Para tejer la ensimismada clarividencia que dos serpientes que danzando no muerden
Y el momento mas desierto contempla un gusto ácido de un vino hermoso y profundo.
Envolviendo su cuerpo , lejana y extraña, bajando el gozo hastío de una cadena
Universo que oscuras ubres , imaginando el espacio para frutos prohibidos
Prohibida la sensatez de ultra tumba , y el melibeo propio de los cuerpos danzantes
Féretros de ultratumba, tenebroso y fríos, dictamina el mordisco de tus labios
Reposa el espanto, siluetando las mascaras , brotando los cirios de lujuria implacable.
Para que me besas , buscando palabras que son vicios , de fecundas y vírgenes.
Cada horror es fecundidad , desmayando belleza al progreso hastío de tu homenaje
Deja de tocar los impávidos muslos, estoy atrapado en la profanación de los montes
Marcha todo inconsciente esparciéndose de todas tus flores sedientas malditas
Del velo qe te nombra, mascara cincelada, en cada sorpresa brutal de furia salvaje
Te escondes de un implacable sol , cuando lees nocturna lujuriosas soledades.
Autor
Rodrigo Valdés Aguirre
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